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En el ocaso de sus años, Arthur Conan Doyle – ya en ese momento un reconocido maestro del género de aventuras, el célebre "creador de Sherlock Holmes" – confesó en una carta a sus lectores: "No quiero ser ingrato con Holmes. Para mí, sin duda, él seguía siendo un buen amigo". Y de hecho, el talento artístico y la imaginación del consagrado escritor seguían sorprendiendo a los admiradores de su talento. Como siempre, para el "ermitaño de Baker Street" – el observador detective aficionado Sherlock Holmes, que no tiene igual en su habilidad para desentrañar el más complicado de los enigmas, la clave para la solución a menudo se convierte en el más pequeño de los detalles: una muesca en la barandilla del puente, un error tipográfico en un anuncio de periódico, el número de un boleto de teatro...
Este volumen es el último de la edición de cuatro tomos, que incluye en traducción al ucraniano todas las obras del clásico inglés sobre Sherlock Holmes.